Es increíble como un mismo servicio puede convertirse en diferentes variantes para ser el mejor jugador en el juego del mejor postor.
Ejemplo real, hace unos días alguien cercano decide cambiar su vieja tarifa por una más moderna y adaptada a la necesidad actual tras recibir una notificación de cambio de condiciones. Primero resultó complicado contactar con un operador y cuando finalmente lo consiguió, costó un ratito que entendiera la petición, tras lo cual, advirtió que esa operación tenía un coste de alrededor de 20 euros.
Tras unos segundos de reflexión toma la decisión de no pagar ese dinero por un cambio de tarifa tras haber permanecido con el mismo operador durante 15 años, busca una alternativa y solicita la portabilidad a otra compañía con una oferta competitiva.
A partir de aquí comienzan las llamadas de la compañía
original, ahora llaman personas bien cualificadas que insisten y dan
instrucciones claras y precisas sobre cómo proceder a la cancelación de la
portabilidad, pero sobre todo ofrecen condiciones inimaginables, una tarifa de
las que cobran casi a 20€, con un descuento del 50% y además regalan un
terminal cuyo coste es de unos 00€ en el mercado. En resumen ofrecen a una
persona que va a pagar en 2 años unos 250€, unos descuentos y regalos por valor
de más de 500€.
Me satisface decir que esta persona tomo la decisión y no la
modificó a pesar de las ofertas e insistencia.
En primer lugar no puedo concebir la flexibilidad económica de
este modelo de negocio y por otro lado no puedo concebir una falta de
integridad tan manifiesta en compañías de primer orden, me pregunto ¿cómo se
sentirán sus empleados? ¿dirán a menudo que se van?.
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