En las últimas semanas, ha comenzado a extenderse de manera
vertiginosa el contagio que afecta a la famosa aplicación WhatsApp y por el
cual se reclama que para continuar con su uso es preciso pagar, ¿Cuánto? Como diría
un buen compañero, una fortuna, 0,89€, para muchos debe ser una fortuna ya que
es habitual escuchar conversaciones comentando el tema con una profundidad excepcional;
puedes oir conversaciones en el metro, en la calle, en el bar, en las empresas,
en todas partes y a todo el mundo. Lo que más curioso me resulta es ver como
personas que portan un teléfono cuyo coste supera los 500€, que pagan cada mes
a su operador alrededor de 15€, lo que suponen 180€ al año, les resulte caro
pagar 0,89€ por la aplicación que más usan con diferencia y que además permite
una riqueza de comunicación sin precedentes.
De este contagio está intentando sacar partido la competencia,
en este caso line, que incluso se ha dispuesto a anunciarse en televisión. Ofrece
lo mismo que Whatsapp, o muy parecido, el mismo modelo, los mismos factores de éxito,
pero promete ser gratis tal y como lo fue Whatsapp durante varios años.
No voy a valorar si es caro o barato, si este tipo de
aplicaciones puede ser gratis o no, si la publicidad puede pagar el coste de la
aplicación y hacer el modelo de negocio rentable. Solo me resulta curioso como
WhatsApp revolucionó el modo en que nos comunicamos cada uno de nosotros haciéndonos gastar para ello en Smartphones y tarifas planas por valor de más de 300€ al
año de media y cuando pide que le paguemos 0,89€ se produce una desbandada hacia
la búsqueda de algo similar que sea gratis aunque no se sepa por cuánto tiempo
y a qué precio.