15 mar 2011

El embrague entre el departamento de TI y los objetivos empresariales.

El principal objetivo de cualquier departamento de TI, ha sido, casi hasta convertirse en tópico, estar alineado con el negocio. Alrededor de esta idea se han llevado a cabo grandes tratados y se han puesto de manifiesto necesidades y cambios de enfoque y planteamiento en cuanto a la conformación y funcionamiento de las TIC en las organizaciones. Realmente a estas alturas, cualquier compañía que no haya conseguido el objetivo de disponer de departamentos de TI alineados, con conocimiento minucioso del negocio, con participación del director de TI en el comité de dirección, y con enfoque participativo hacia la cuenta de resultados, debe estar a punto de no servir para nada, o lo que es peor, puede estar poniéndose en peligro la capacidad competitiva de la empresa en cuestión y por tanto su capacidad de supervivencia.

En los tiempos que corren, donde la alineación se da por hecha, es preciso dar un paso más, y medir los resultados de los departamentos de TI desde el punto de vista de los resultados que producen los recursos consumidos. Estableciendo analogía con un automóvil, deberemos hacer que los recursos energéticos consumidos por el motor (TI) deriven de la manera más eficiente en energía motriz en las ruedas del mismo. Es habitual encontrarse con motores TIC trabajando duramente a toda marcha y sus resultados, la fuerza transmitida a las ruedas del negocio, es escasa y por tanto el automóvil se mueve despacio; podemos decir que “patina el embrague de las TIC”. Si nos encontramos en esta situación debemos plantearnos si existe la conexión necesaria entre TI y negocio, si existe enfoque hacia los objetivos empresariales, si es necesario llevar a cabo la reingeniería de procesos, si hemos convertido en trabajo demasiadas tareas de apoyo o si estas las hemos complicado de manera innecesaria. Cuidado, porque no solo estamos consumiendo recursos de manera inútil, sino que estamos imposibilitando el crecimiento empresarial, dificultando cambios necesarios que han de ser realizados con la máxima limpieza, generando dependencias peligrosas de recursos innecesarios, y en último extremo, poniendo en peligro la continuidad del negocio.