17 may 2011

Cloud SI, Cloud NO .............

Hace unos días, leía un interesante artículo en un medio de comunicación del sector TIC, donde se comentan las razones por las que los CIO españoles se muestran recelosos a adoptar Cloud Computing.

Desde mi punto de vista de CIO, me gustaría aportar las razones que tengo a la vista.

A pesar de que cualquier CIO ante la pregunta, “si pusieses en marcha una nueva empresa ¿contratarías los servicios tecnológicos en la nube?” respondería: “sin dudarlo”, independientemente de los matices y los detalles que viniesen después. Proceder con una migración de los servicios de los que dispone cualquier empresa media de On-premise a Cloud, supone un paso transcendental, que tiene una vuelta atrás muy complicada y es preciso tener muchos factores en cuenta para evitar un tropiezo que daría al traste con la carrera de cualquiera.

Desde mi punto de vista los factores que hacen del paso a la nube una decisión para el mañana son:

- Se percibe que todo el mundo habla de Cloud, pero es muy visible que muchos proveedores no están adecuadamente capacitados para entender los detalles de funcionamiento de las plataformas antes y después del proceso de migración y mucho menos para dirigir de manera exitosa un cambio que va mucho más allá de un cambio en la ubicación de los servidores. Muchos solo pretenden sacarle partido a una situación desbocada o no caerse del carro que parece avanzar más deprisa.

- Migrar a la nube, conlleva un cambio notable en la manera de entender los servicios IT, es mucho más que dejar de necesitar un CPD en tus instalaciones y no tener certeza de donde están tus datos. La nube, ofrece como valor una economía de escala basada en gran parte en la eliminación de las personalizaciones, los desarrollos a medida y las integraciones sobre las herramientas estándar. Algo que ha sido la base de cualquier implantación tecnológica durante años. Dar el salto a la nube conlleva una nueva manera de usar los servicios, conlleva redefininir procesos de trabajo, llevar a cabo planes de formación y sobre todo renunciar a ser el molde de las adaptaciones, ahora el molde es el servicio y las empresas han de adaptarse dejando por el camino un gran lastre que en ocasiones puede significar perder elementos que sostienen el valor añadido del servicio que se presta.

- El modelo de costes no está muy claro. Todo el mundo habla de ahorros de costes, pero déjenme decirles que yo no he visto un análisis de TCO riguroso todavía, donde se analicen situaciones de costes teniendo en cuenta todos los factores y comparándolos con el escenario On-premise. Los precios que se muestran son para los servicios estándar, pero si se necesita cualquier adaptación, cualquier particularidad, entonces todo cambia y de momento se parece extrañamente a un servicio de Housing.

- Todos esperamos un paso más en la madurez del modelo, aunque parece que nunca llega y surgen nuevas ofertas y modos de entender el Cloud cada día por parte de cada proveedor. Es frecuente encontrar la palabra beta o hablar de la funcionalidad que se está preparando cuando te acercas a una oferta concreta, y esto da la sensación de inmadurez.

- Resistencia al cambio por parte del CIO. Queramos o no, adoptar modelos de prestación de servicios basados en Cloud supone un cambio importante para la mayoría de nosotros, con respecto de lo que tenemos actualmente. Supone realizar cambios en la configuración de los equipos de trabajo, procesos, planes de formación, metodologías de medición, etc.


En los tiempos en que nos encontramos, la directriz con más peso es gastar lo menos posible, y queramos o no, adoptar un nuevo modelo, o incluso el mero hecho de evaluarlo, supone comenzar por un desembolso.

16 may 2011

La ambigüedad equivale a falta de productividad.

La ausencia de procesos que determinen las acciones a llevar a cabo en cada momento por los empleados en las organizaciones, favorece la capacidad de toma de decisiones individuales basadas en innumerables factores de evaluación, y ello puede representar una capacidad de adaptación excelente para la actividad de una compañía; sin embargo, la falta de formación adecuada, la desmotivación, no tener claro los objetivos empresariales, o muchos otros factores presentes a menudo en las plantillas, hace que ante cada decisión se desencadene una situación de ambigüedad que bloquea el avance y siega de manera contundente la capacidad productiva.

Los procesos y sus metodologías BPM, hacen que las empresas se encapsulen en una forma de trabajo, que a menudo elimina la creatividad y capacidad de aportación de los recursos humanos que forman parte del proceso, pero por otro lado generan certeza en la evolución y resultado de las acciones que se llevan a cabo.

En tiempos de crisis, cuando los empleados se ven afectados por recortes salariales, condiciones de trabajo bajo presión de resultados, despidos, etc; conseguir que sus aportaciones supongan un valor diferencial se hace complicado. Si además, incluimos la presión sobre los costes a los que se ven sometidas las organizaciones para competir, todo indica que es preciso trabajar sobre seguro.

Viendo la escasez de productividad, parece pues, que la implantación y/o mejora de los procesos va a verter una certidumbre a los resultados y a los costes que suponen un valor diferencial en estos malos momentos. Sirva como ejemplo los últimos resultados obtenidos por las grandes compañías Españolas, de las que todos sabemos que solo siguen el procedimiento independientemente de donde tengan externalizado el servicio.