Una vez más me dispongo a escribir este post, enfocando bajo el prisma del comportamiento de las personas en el ámbito de la empresa; al fin y al cabo las empresas no son más que un conjunto de personas que realizan una serie de tareas gobernadas por un conjunto de reglas para conseguir un fin. Tan importantes son las reglas como las personas, y el hecho de que en ambas se le dé la importancia adecuada a los pequeños matices y detalles, tiene como consecuencia unas variaciones excepcionales en los resultados.
Al igual que todos entendemos que al hacer una comida lo que marca la diferencia está en pequeños matices, tales como las especias, el fuego lento, la calidad del producto que compraste en el mercado, etc; así, de esa manera tan sencilla, no es igual comer unos huevos fritos en la tasca del barrio, que en Casa Lucio.
En las organizaciones, hay igualmente muchos ingredientes que marcan la diferencia. A veces nos sorprendemos cuando leemos en las noticias los buenos resultados de alguna compañía, o como otras a pesar de la crisis siguen creciendo a ritmos casi increíbles, pero sorprende especialmente encontrarse con noticias como aquella que decía hace unos meses que todos los empleados de una empresa ante la difícil situación que estaban pasando le propusieron a su jefe bajarse todos el salario, o aquella otra que decía que los empleados habían renunciado a sus pagas extra para tratar de ayudar a salir adelante a la empresa.
Obviamente, existe una gran diferencia entre una empresa donde sus empleados parecen estar en contra de la empresa y aquellas donde están dispuestos a considerarse parte de los problemas y soluciones de la misma, como es lógico, para ello es imprescindible que los empleados se sientan parte de la empresa para todo. Y ello solo se consigue con pequeños ingredientes que aderezan el día a día.
- Un buen sistema de comunicación interna, que permita que la información fluya en los dos sentidos es importante.
- Un sistema de evaluación, plan de carrera y retribución que sea claro, objetivo y comprensible.
- Un plan de formación adecuado.
- Unas normas claras, ecuánimes y bien ejecutadas.
- Cercanía de la dirección a todas las personas, esto marca el ritmo, facilita la trasmisión de la cultura.
- La dirección ha de estar al servicio de los empleados y los empleados al servicio de la organización. Parece contradictorio, pero la pirámide se ha convertido en círculo y ahora están conectados empleados y dirección, siendo estos últimos elementos de servicio de los primeros.
Todos estos y muchos más, son elementos muy importantes de cara a componer una empresa ejemplar, y ojo, no quiero decir que todo esto sea fácil, más bien es complicado y costoso, pero como todo lo bueno tiene su coste, y en mi opinión en este caso la relación coste/valor es muy positiva.
Al igual que todos entendemos que al hacer una comida lo que marca la diferencia está en pequeños matices, tales como las especias, el fuego lento, la calidad del producto que compraste en el mercado, etc; así, de esa manera tan sencilla, no es igual comer unos huevos fritos en la tasca del barrio, que en Casa Lucio.
En las organizaciones, hay igualmente muchos ingredientes que marcan la diferencia. A veces nos sorprendemos cuando leemos en las noticias los buenos resultados de alguna compañía, o como otras a pesar de la crisis siguen creciendo a ritmos casi increíbles, pero sorprende especialmente encontrarse con noticias como aquella que decía hace unos meses que todos los empleados de una empresa ante la difícil situación que estaban pasando le propusieron a su jefe bajarse todos el salario, o aquella otra que decía que los empleados habían renunciado a sus pagas extra para tratar de ayudar a salir adelante a la empresa.
Obviamente, existe una gran diferencia entre una empresa donde sus empleados parecen estar en contra de la empresa y aquellas donde están dispuestos a considerarse parte de los problemas y soluciones de la misma, como es lógico, para ello es imprescindible que los empleados se sientan parte de la empresa para todo. Y ello solo se consigue con pequeños ingredientes que aderezan el día a día.
- Un buen sistema de comunicación interna, que permita que la información fluya en los dos sentidos es importante.
- Un sistema de evaluación, plan de carrera y retribución que sea claro, objetivo y comprensible.
- Un plan de formación adecuado.
- Unas normas claras, ecuánimes y bien ejecutadas.
- Cercanía de la dirección a todas las personas, esto marca el ritmo, facilita la trasmisión de la cultura.
- La dirección ha de estar al servicio de los empleados y los empleados al servicio de la organización. Parece contradictorio, pero la pirámide se ha convertido en círculo y ahora están conectados empleados y dirección, siendo estos últimos elementos de servicio de los primeros.
Todos estos y muchos más, son elementos muy importantes de cara a componer una empresa ejemplar, y ojo, no quiero decir que todo esto sea fácil, más bien es complicado y costoso, pero como todo lo bueno tiene su coste, y en mi opinión en este caso la relación coste/valor es muy positiva.
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