Hoy nadie discute el gran cambio que ha introducido en
nuestras vidas la imprescindible presencia de un Smartphone en nuestros
bolsillos.
Uno de los cambios tecnológicos, o más bien adopciones de
tecnología que en un futuro próximo generará otro gran cambio en nuestras vidas
será el IPv6. Para quien le pille de nuevas el IPv6 es una nueva versión del
protocolo IP, que se usa para comunicar ordenadores en internet. Esta nueva
versión deja atrás restricciones importantes en cuanto al número de elementos
que forman parte de la red.
Dejadas atrás esas limitaciones, se abre la puerta al mundo
de todas las cosas conectadas a internet, lo que se llama Internet of Things
(IoT) una nueva dimensión de la red que está esperando explotar y ponerse a la
cabeza de la innovación tecnológica.
Así comenzará el nuevo gran salto. Un nuevo escenario donde
las posibilidades de ofrecer elementos conectados que ofrezcan desde pequeños
detalles como una tostadora con RSS, o un frigorífico con cámara interior
accesible desde tu Smartphone o inventario automático, hasta que ofrezcan estar
integrados en complejos modelos de comportamiento donde cientos de elementos
actúan de manera conjunta intercambiando información u obedeciendo a una
programación dada por el patrón establecido.
Todos podemos recordar o imaginar situaciones en las que un
determinado comportamiento de algunas de nuestras cosas nos resultaría
definitivamente extraordinario, imagina que tu casa se enciende (luces,
calefacción, exprimidor de zumo, etc) cuando estas llegando porque tu
Smartphone se lo comunica, o que tu coche te envía un mensaje cuando está a
punto de terminar el tiempo del ticket de la zona de pago. Imagina que en el
supermercado la carnicería te avisa a tu teléfono del turno en lugar de tomar
un papel y esperar o correr a los pasillos aledaños para evitar que te salte.
Pero quizás la gran potencia del IoT no esté solo en que
miles de elementos se comuniquen. Tal vez la parte más importante esté en que
la información cobra una nueva dimensión, ingentes cantidades de datos
comenzaran a estar disponibles para ser almacenados y explotados por quienes,
sin duda, tomaran una posición prevaleciente en el futuro. Ahora las grandes
compañías de internet pueden saber cuándo estamos preparando un viaje y donde, qué nos preocupa de nuestras pruebas médicas,
que necesidades tenemos en nuestros trabajos, todo ello basado en nuestras búsquedas.
Con el IoT sabrán además a qué hora exacta salimos de casa, si tomamos tostadas
o queso, cuando y que compramos, cuantos kilómetros andamos en nuestra bici,
que tipo de ropa lava nuestra lavadora, etc. en general miles de detalles de
nuestro comportamiento diario que bien explotados supondrán uno de los grandes
poderes del futuro…
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