Durante años ha sido habitual permanecer toda la vida
profesional en una única empresa. Los cambios eran mal vistos socialmente,
tendían a ser interpretados como una deficiencia por parte del trabajador o un
problema económico en la empresa. En este entorno donde las actividades se
desarrollaban de la misma forma durante largos años, la principal cualidad de
los empleados terminaba siendo “el ser alguien de confianza”. Y estas eran en
su mayoría las razones por las que las empresas terminaban cerrando sus puertas
cuando se producía algún cambio en el escenario económico en que se
desenvolvían, en general eran incapaces de cambiar para adaptarse.
Poco a poco se introduce una forma diferente de concebir las empresas, los grandes
dirigentes con amplitud e ideas conforman empresas capaces de adaptarse, de
cambiar. Nokia es un buen ejemplo, una fábrica de papel que terminó fabricando
teléfonos móviles argumentando el papel y el teléfono en última instancia
servían para lo mismo, comunicarse.
Esta capacidad de generar ideas persiguiendo a los cambios que
demanda el mercado, ha ido marcando la oferta de empleo y haciéndose necesaria
en todos los puestos de las organizaciones actuales; hasta el punto en que hoy
es una de las características más demandada de los procesos de selección.
Además las personas cambian de empresa varias veces a lo largo de su carrera
profesional y esto en lugar de estar mal visto se toma como algo positivo, se
interpreta socialmente como positivo en tanto se considera que la valía es la
causa de estas oportunidades de cambio de empleo.
Sin duda esta progresión va a continuar avanzando en la
misma dirección, cada vez más las personas trabajarán con niveles mayores de
especialización lo que hará que los empleos con un valor añadido mayor
requieran de perfiles muy especializados durante muy poco tiempo. Cada vez
están mejor determinados los objetivos y es más factible medir los resultados
lo que hará que el actual modelo de medida del trabajo basado en unidades de
tiempo dedicadas, se torne hacia unidades de objetivos alcanzados, satisfacción
del cliente, mejora en la eficiencia de los procesos que avalan las actividades
desempeñadas. Esto hará que el modelo de contratación de empleados siga cambiándose
por un modelo de contratación de servicios ofrecidos por una persona.
Poco a poco tenderán a desaparecer las coberturas
empresariales, entendidas como el manto que cubre a un conjunto de personas que
a menudo sus tareas tienen poco que ver las unas con las otras. El nexo de
unión para los trabajadores del futuro serán los objetivos y los resultados más
que las oficinas, el horario o la marca.