A menudo, me encuentro con artículos de revistas, folletos publicitarios, etc., donde se tratan los retos, tareas y relevancia del CIO en las organizaciones. Con el telón de la crisis, como no podía ser de otra manera, colgando sobre el escenario; cada cual aporta sus ideas y perspectivas a este título que se precia de ser expandido en múltiples direcciones. Así pues, yo he decidido aportar mi perspectiva, y dedicar unos minutos a extender por mi camino el título de “El papel del CIO en las organizaciones”.
A lo largo del tiempo, muchas han sido las críticas y comentarios a la relevancia otorgada por las organizaciones a sus CIO’s; figura ésta, que evolucionó desde el operador que manejaba el único ordenador de una compañía, pasando por un técnico capaz de montar una red de ordenadores, o el que fuera capaz de coordinar a un equipo de excéntricos informáticos, hasta una figura clave en las empresas que cada vez más ha tomado partida en el ámbito de la dirección y sus respectivos comités empresariales.
En la actualidad, un poco por las fechas que corren y un poco por la situación empresarial, el CIO sigue su camino ascendente en lo que a relevancia dentro de la organización se refiere, pero también sea dicho, no más que la relevancia que debe ser otorgada a la Dirección de RRHH, a la Dirección Financiera, Operaciones o Marketing. A decir verdad, ahora se exigen nuevas maneras de hacer las cosas, y para ello se requiere de perfiles directivos con capacidad de incorporar la innovación en todos los ámbitos de la organización. Sin embargo, el error repetidamente cometido de pensar en la informática como un lastre necesario, ahora se puede pagar muy caro.
La información empresarial, su creación, gestión, intercambio, etc. absorbe un alto porcentaje de la capacidad total de trabajo de los empleados en cualquier tipo de compañía, independientemente de su actividad. Curiosamente, cuanto mayor es este porcentaje mayor es el éxito medido en márgenes de la cuenta de resultados.
Así pues, contar con un directivo capaz de liderar adecuadamente todo el entramado de procesos, personas y sistemas que gestionan dicha información es muy importante. Cabe añadir, que dada la situación actual de crisis “multilateral”, o más bien multisectorial, las empresas han de reinventar su manera de trabajar cada día, de otro modo no son capaces de competir, los empleados han de disponer de toda la información y herramientas necesarias para realizar su trabajo de manera ágil; y en muchos casos es preciso evitar la intervención para que procesos automáticos sean capaces de llevar a cabo acciones y dar respuesta sin la participación humana.
En el contexto donde la capacidad de éxito de una compañía reside en la capacidad de hacer una buena gestión de la información, parece evidente que el papel del CIO es más que importante, si a esto le sumamos la necesidad de inventar cada día nuevas formas de hacer las cosas ante un mercado cambiante, exige que el CIO tenga una visión del negocio que casi debería ser la del propio CEO.
Así pues, a mi parecer, las organizaciones ha de buscar un CIO cuya prioridad no puede, de ninguna manera, ser la tecnología, sino el conocimiento y apoyo a los procesos del negocio. La tecnología ha de ser UN CONOCIMIENTO, saber del negocio UNA HABILIDAD.
1 comentario:
A mi modo de ver lo que expones es mas que cierto. No obstante, la forma de pensar de un momento historico concreto es lo mas complicado de cambiar a corto plazo. Por lo que habra que seguir potenciando el papel del CIO en la empresa. Gracias por tu vision. es muy enriquecedora.
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