Desde hace algún tiempo encontramos a menudo esta palabra asociada todo tipo de equipamientos o servicios que para su uso han de consumir energía. Parece que bajo esta palabra se han venido a refugiar todas aquellas acciones e intenciones que de una vez por todas se han dado cuenta de que no tener en cuenta (valga la redundancia) el consumo energético, es una autentica atrocidad.
Sin embargo, mucho dista de ser sostenible una sociedad con 1.000 millones de vehículos consumiendo energía que ha tardado miles de años en transformarse.
Sin embargo, mucho dista de ser sostenible una sociedad con 1.000 millones de vehículos consumiendo energía que ha tardado miles de años en transformarse.
El consumo energético mundial es de aproximadamente 15 TW (terawatts) por año, 15 TW son 15,000,000,000,000 watts, pero la demanda de energía se incrementa rápidamente y con el incremento actual se espera que para el año 2040 la demanda energética llegue a los 30TW y más del 80% proviene de combustibles fósiles.
Intentar reducir este consumo y tener presente en todo momento la manera de reducirlo, es mucho más obligación que sostenibilidad. Es una obligación que nos debemos imponer a todos y cada uno de nosotros mismos, usar más los ordenadores portátiles que los sobremesa, evitar el uso de dispositivos inalámbricos tales como teclados, ratones, etc. que consumen grandes cantidades de pilas, abrigarnos un poco más en lugar de subir la calefacción….
Ten en cuenta que la verdadera sostenibilidad supone no consumir/transformar más energía que la que tu presencia en el mundo puede generar/revertir en el proceso de transformación. En el contexto social actual, es imposible ser 100% sostenible; pero intentarlo es lo menos que podemos hacer.
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